Gustavo Rangel
RUMBO (www.RUMBOtx.com)
A pesar de que la temporada de los Houston Texans ya llega a su fin no deja de ser complicado digerir todos los malos resultados. Las decepciones siguen frescas en la memoria. Los sucesos inesperados no dejan de ser impactantes y el doloroso camino que iba de mal en peor con el correr de las jornadas quedó marcado como uno por el cual ya no se debe nunca caminar.
Este domingo los Texans cierran la temporada regular ante los Titans de Tennessee, pero en este duelo ya queda poco que decir. Todo básicamente se dijo en los domingos que siempre comenzaban con esperanza y culminaban en una nueva frustración.
El resumen de la temporada 2013 es desalentador. No hay mucho que rescatar. No se puede ocultar que esta campaña ha sido uno de los capÃtulos más decepcionantes en la historia del deporte de esta ciudad debido a las grandes expectativas que habÃa sobre este equipo.
Sà es cierto que lo que no mata fortalece, entonces los Toros deben regresar más fuertes que nunca el próximo año.
Los golpes que los Texans recibieron esta campaña fueron contundentes pero es crucial que se aprenda de toda la adversidad vivida para no volver a caer en el mismo bache.
Un nuevo horizonte se hace presente en este cierre de temporada y a estas alturas ya no vale la pena señalar a culpables, ha llegado el momento de señalar a los que merecen ir por la revancha, a esos que han aprendido de esto y que quieren ante todo reivindicarse ante una afición que merece algo mejor.
Es el momento de señalar a nuevos lÃderes que tengan una visión ganadora y que no van a perder más de un segundo lamentado lo que fue este desastre de campaña.
Es el momento de cambiar la actitud, cultura y mentalidad. La temporada se acaba pero el gran reto para los Texans apenas comienza. Y el futuro se espera brillante.
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