Escuchando los diferentes programas de radio en la ciudad que hablan de los Houston Texans, donde se analiza profundamente al equipo y los fanáticos llaman para dar sus opiniones, me he dado cuenta de que a pesar del récord ganador aún persiste una sensación de temor de que esta brillante campaña que los Houstonianos están realizando se va a desbaratar. Y hasta cierto punto los comprendo.
Este éxito que han logrado los Texans nunca antes ha sido visto y quizás es por eso que algunos aficionados se pellizcan constantemente para asegurarse de que no están soñando. Pero es tiempo de dejar de pensar en que esto se va a convertir en una pesadilla de la noche a la mañana.
Houston es un equipo sólido que tiene profundidad. Eso creo que quedó bien demostrado desde la temporada pasada cuando se lesionaron jugadores claves como Andre Johnson, Matt Schaub, Mario Williams (ahora con los Bills de Buffalo) y Arian Foster.
A nivel nacional ni a los Texans ni a los Falcons de Atlanta se les está reconociendo como lo merecen y es que quizás algunos especialistas piensan que también en cualquier momento van a tropezar. Pero en el caso específico de los dirigidos por Gary Kubiak eso lo veo muy complicado.
Houston en esta temporada ha ganado partidos de forma brillante y otros, vamos a decirlo francamente, de una manera muy fea. Pero los ganaron y esa es la gran diferencia de este equipo a comparación de años pasados, este equipo encuentra la manera de ganar.
Hace unas semanas escuchaba los comentarios temerosos de que si Johnson ya estaba muy desgastado, pero quedó evidente que no luego de su actuación contra los Jaguars de Jacksonville. Ahora escucho que si Foster está perdiendo potencia y que quizás va a llegar sin piernas a la postemporada.
Calma, calma. Es cierto que a veces Foster corre como si no fuera de este planeta pero estoy aquí para decirles que Foster es de carne y hueso y que en los últimos cuatro partidos, los últimos dos que se jugaron en menos de cinco días, Foster fue exigido y claro que va a resentir los efectos. Pero se recuperará y terminará entre los líderes de acarreo de la liga y será clave en los Playoffs, cruzando los dedos que no sea afectado por una lesión.
"Que no panda el cúnico", decía el Chapulín Colorado. Los Texans tienen un equipo fuerte y ya es tiempo de que lo crean.
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